martes, 27 de octubre de 2009

El cambio climático y la deforestación


El cambio climático, tal vez el problema más importante y de más difícil solución a escala global, anticipa serias y variadas consecuencias que, según la comunidad científica, llegarán en un plazo no muy distante.
Esta problemática está relacionada principalmente con el efecto invernadero, provocado por el uso de combustibles fósiles -como el petróleo-, la deforestación a gran escala y la rápida expansión de la agricultura de regadíos.
Debido al impacto de estas acciones sobre la capa de ozono, el efecto invernadero -una condición natural de la atmósfera que evita que el planeta se congele- se ha intensificado, provocando que los últimos diez años hayan sido los más calurosos desde que se lleva registro.
Además, los científicos ya anuncian que en el futuro el clima será aún más caliente, haciendo posible que los cascos polares se derritan y el agua de los océanos se evapore.
Entre otras consecuencias, el calentamiento del mar, con temperaturas superiores a los 27 ó 28 grados centígrados, favorecerá la formación de huracanes, al generar una rápidaevaporación y condensación.
Directamente relacionado con el cambio climático aparece el problema de la deforestación, ya que dentro de sus múltiples y negativas consecuencias se encuentra el incremento en el dióxido de carbono en la atmósfera, uno de los principales gases "invernadero".
El carbono se almacena en las fibras de los árboles vivos, pero éstos, al ser talados, liberan el compuesto químico hacia la atmósfera.
Además, la deforestación provoca la reducción de la productividad general del suelo -que queda sujeto a la erosión-, se altera el ciclo hidrológico, disminuye en buena medida la biodiversidad y se reducen las reservas de nutrientes antes almacenadas en los restos de árboles y hojas.
Según un informe de la Fundación Vida Silvestre, en la Argentina quedan 33 millones de hectáreas de bosques remanentes que son "transformadas" para la agricultura a un ritmo de 250 mil hectáreas anuales.
En tanto, la organización ecologista Greenpeace advirtió que el cambio climático y la deforestación resultan "devastadores" para la cuenca amazónica, región que alberga el bosque primario más grande del mundo con casi 700 millones de hectáreas en nueve países y una superficie semejante al tamaño de Estados Unidos.
"La deforestación y los incendios en el Amazonas son las principales fuentes de emisiones de CO2 (dióxido de carbono) en Brasil, contribuyendo de este modo al cambio climático, que a su vez aumenta el número de incendios", advirtió la entidad.
Por otra parte, las ciudades superpobladas y las numerosas industrias que no practican programas de desarrollo sustentable -principalmente en los países del llamado tercer mundo- liberan grandes cantidades de carbono hacia la atmósfera, además de contaminar con sus desechos la tierra y el agua. Estas acciones deterioran el entorno y el ámbito de vida de muchas especies y afectan severamente la salud y la calidad de vida de las personas

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